Tú eres la única persona que puede liberarse. Olvídate de todo lo te que dijeron. Olvida las reglas, los patrones de conducta que te impusieron desde que naciste. Te rodea un infinito mar de posibilidades que puedes experimentar, en el que puedes viajar sin fin.
Tu experiencia te hará entender. Tus pasos previos te harán comprender, y la reflexión te llevará a aprender.
Recuerda: no hay límites para tus capacidades. No hay límites para lo que puedes llegar a experimentar. Déjate llevar por las sensaciones, por el ocio, el placer. Regocíjate en cada minuto que veas pasar ante tus ojos, porque no lo volverás a vivir.
Olvídate de tus miedos, son etéreos, sin fundamento y sin cuerpo. Sólo tú puedes liberarte de tus miedos, porque sólo existen en tu mente, en tu cabeza. Tu miedo te hace cobijarte. No intentes protegerte de la eterna felicidad que te rodea. Es a tu mente a quien realmente asusta el cambio.
Que no te de miedo lo nuevo. No te encierres en tus fronteras, déjate llevar por lo que puedas descubrir hoy. Liberarte te hará feliz.
No habrá nada que te haga sonreir más que regocijarte de júbilo al saber que eres un ser libre, y que sólo te atas a lo que tú quieres atarte, por voluntad propia, porque nadie te obliga a quedarte. Nadie te obliga a seguir con tu pareja si no la soportas. Lo que ocurre es que el miedo a lo desconocido se hace fuerte a la hora de tomar decisiones, y podemos caer en el error de creernos libres en nuestras cárceles que nosotros mismos creamos.
Olvida tus hábitos. Los hábitos te hacen vulnerable, te hacen presa de tus propios defectos. Sólo tu puedes cambiar tus costumbres. Sólo tú puedes dejar de hacer lo que siempre hiciste para probar.
Probar es tomar una decisión, y eso basta. El hecho de tomar decisiones nos hace fuertes, porque en realidad, cada paso que damos es una elección, una decisión que nos guía al siguiente punto para decidir, pues la vida es una sucesión constante de decisiones, y cada una de éstas nos lleva a un abanico infinito de posibilidades donde poder elegir.
Elige vivir.
Duhnn
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